Antes trabajé en una funeraria
Yo iba en la parte de atrás del taxi. El tipo que iba a volante comenzó a hablar.
-Estoy encantado con este coche.
Silencio.
-Huele a nuevo-dije.
-Sí, lo tengo hace menos de una semana. Va muy bien, pero NINGUNO como el Dodge. Yo hace años, trabajé en una funeraria y llevaba un Dodge Dart, como el que tenía Carrero Blanco…
El tipo hizo una pausa dramática.
-Ese coche era un tanque. Imagínate que un día atropellé a uno tío y no se hizo ni un rasguño.
-¿El tío o el coche?
-No, no, el coche. El tío se me tiró encima, saltó de la acera. Del golpe salió por el capó y cayó de cabeza. Se aplastó el cráneo como un tomate maduro. Así: plaf.
Yo le miraba por el espejo retrovisor.
-Imagínate el numerito. El coche era para los funerales, yo iba a recoger a un fallecido y como iba de vacío, metí al atropellado en el coche y lo llevé al hospital. Pero ya no respiraba. Y me puso todo perdido de sangre.
-Serán…Seis euros con treinta. Y no me des un billete de 20 que no tengo cambio.