El Lemmy que no era el Lemmy


Este es el de verdad.

Él iba por el barrio del Carmen. Nos lo encontrábamos alguna vez que estábamos haciendo botellón en la plaza de la Santa Creu. Se acercaba al grupo, borracho como una rata pero con educación de Lord y pedía un cigarrillo, o que le pusiéramos un cubata, o un papelillo para el porro. Siempre "por favor" y "gracias".

Se presentaba como el Lemmy. Era clavado al líder de Motorhead y se había puesto su nombre porque sí; o tal vez para ocultar un pasado del que sentía algo avergonzado. A mí me gustaba hablar con él y una noche me contó que había estado en la cárcel por atracar un banco. Un "colega" del golpe se la jugó a última hora y la policía le trincó a los pocos metros de la puerta del Bilbao Vizcaya. Cuando me lo contó y al recordarlo le pegó un arrebato rabioso y rompió el vaso de cubata que le habíamos puesto, cortándose una mano. Comenzó a sangrar, yo le pasé un pañuelo y él me dijo mirándome a los ojos "ten cuidado, nano, no toques mi sangre".

Siempre iba con un cinturón mítico, uno con una gran hebilla y que se había hecho él mismo en el trullo, una cutre customización pegándole una foto de los Motorhead con areonfix por encima. Estaba algo gastada, con los bordes despegados, pero era de puta madre.


Este cinto es un insulto comparado con el mítico belt del Lemmy.

Y era buen tipo. Una de las últimas veces que le vi, tras mendigarnos un cubata, me contó lo contento que estaba con su jefe. Pese a su pasado carcelario había encontrado trabajo y los ojos se le ponían húmedos hablando de su patrón, de lo bien que le trataba y lo contento que estaba currando. El supuesto tipo duro, el malote peligroso, el macarra heavy lloró. Y un tipo que llora así por su jefe no puede ser mala gente.

Hace mucho que no sé nada de él, espero que siga contento con su curro.

Y ahora, un vídeo en homenaje a su gran persona:
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