Molarse demasiado
¿Te has quedado con las rayicas que llevo en la mano?, ¿te has quedao?...¿seguro? Fíjate bien que igual no.
A Chris Martin le está pasando lo mismito que le pasó a Bono. Recordad: Bono, cuando empezó, hasta justo después del "Acthung Baby", molaba; ahora ya no tanto. De hecho muchos lo odian tanto -o más- que a Bill Gates.
El señor esposo de la Paltrow eligió hace tiempo la misma senda tenebrosa.
Tras el brutal éxito del primer disco "Parachutes" comenzó a gestarse en el cerebro del joven e inocente Chris lo que ahora ya tiene forma. Salir en la portada de la Rolling Stone y que te consideren -según algunos- los nuevos U2 debe efectuar un peso tremebundo en la personalidad de cualquiera. Casarte y tener cachorros con la Paltrow también. Incluso más.
Y llegó el día en el que al bueno de Chris le vinó la inspiración divina y decidió ser solidario, más enrrollao que tú y que yo.
Ya que él era seguido por miles y miles de fans, qué mejor que a través de su música intentar salvar el amazonas, apoyar el comercio justo, ofrecer a sus seguidores subscripciones a Greenpeace...una peligrosa cuchilla de doble filo. Porque tú tienes una banda de rock mesiánico. No una ONG.
Y ya agobia. Porque Chris sigue insistiendo en mancharse las manos. En ser el cantante más molón del mundo mundial. Viva la vida. En recordarte que tires las botellas de cristal en el contenedor verde. Viva lo verde.
Un peligro que se resume en convertirse en una caricatura de sí mismo. Como ya lo es Bono. Como ya lo soy yo (a veces, cuando tomo más de tres tercios).