Una palabra tuya bastará para piltrarme
Hace ya mucho tiempo, por los años 20, Jean Renoir -el que era hijo del que pintaba- soltó una de las perlas cinematográficas más valiosas que he escuchado jamás: "La vida es demasiado fea cómo para el cine también lo sea". La frase entronca directamente con uno de los grandes problemas del cine patrio: el excesivo apego a la realidad.
Una falta de ganas espantosa por fantasear, por entusiasmar y hacer llamar al espectador a las salas de cine hasta llenarlas (porque es guay ver un cine de verano lleno de gente con el bocata bajo el brazo, dónde incluso se puede fumar y se crean catarsis colectivas). Pero el cine patrio lleva años empeñado en la producción de zurraspas, eso sí, hechas con mucho cariño. Y, a veces, hasta buenas intenciones.
Todo esto viene a raíz del estreno de "Una palabra tuya", la última película de la Presidenta de la Academia de Cine. Detengámonos en su sabia ¿? fórmula: juntamos una novelica de éxito, metemos a dos actrices de esas que salen por la tele en series de mucha risa y tenemos la cosa enfilá. Factura plana y seca, que eso da sensación de sobriedad y de estar contando cosas súper importantes. Por lo menos fijo que algún despistado entrará a verla creyéndose que la peli es un "spin off" de "Camera Café". Y si la cosa no pirula...siempre podemos comprar la taquilla. Y a la taquillera si hace falta.
Corto y pego la crítica de la película aparecida hoy en la Cartelera del Levante EMV firmada por Enrique Bordería (sin duda un apellido profético):
"El cine español lleva demasiado tiempo instalado en una previsible rutina, más allá de la calidad intrínseca de algunas películas. Producciones estándar con un puñado de actores, localizaciones urbanas, géneros revisitados y escasa oportunidades de sorprender o entusiamar. Consecuentemente con este panorama, la última obra de la presidenta de la Academia de Cinematografía Ángeles González Sinde se erige en arquetípica portavoz de los límites e insuficiencias de nuestro cine.(...) Pero la cuestión esencial no es la dignidad completa de la obra, sino la necesidad de que el cine español suba por el aire, se abra a nuevos escenarios, historias, protagonistas y realidades. Obras más ambiciosas, arriesgadas y comprometidas. Más allá de las narraciones intimistas que dominan nuestras pantallas. Sin ello sólo se seguirá viviendo de la subvención, porque queramos o no la gente está harta de le retraten la mediocridad de sus vidas o las de los otros."
Ángeles González Sinde a punto de poner un comentario en esta entrada sin saber todavía que en este webblog no se pueden poner comentarios. Otra vez será, baby.
Una falta de ganas espantosa por fantasear, por entusiasmar y hacer llamar al espectador a las salas de cine hasta llenarlas (porque es guay ver un cine de verano lleno de gente con el bocata bajo el brazo, dónde incluso se puede fumar y se crean catarsis colectivas). Pero el cine patrio lleva años empeñado en la producción de zurraspas, eso sí, hechas con mucho cariño. Y, a veces, hasta buenas intenciones.
Todo esto viene a raíz del estreno de "Una palabra tuya", la última película de la Presidenta de la Academia de Cine. Detengámonos en su sabia ¿? fórmula: juntamos una novelica de éxito, metemos a dos actrices de esas que salen por la tele en series de mucha risa y tenemos la cosa enfilá. Factura plana y seca, que eso da sensación de sobriedad y de estar contando cosas súper importantes. Por lo menos fijo que algún despistado entrará a verla creyéndose que la peli es un "spin off" de "Camera Café". Y si la cosa no pirula...siempre podemos comprar la taquilla. Y a la taquillera si hace falta.
Corto y pego la crítica de la película aparecida hoy en la Cartelera del Levante EMV firmada por Enrique Bordería (sin duda un apellido profético):
"El cine español lleva demasiado tiempo instalado en una previsible rutina, más allá de la calidad intrínseca de algunas películas. Producciones estándar con un puñado de actores, localizaciones urbanas, géneros revisitados y escasa oportunidades de sorprender o entusiamar. Consecuentemente con este panorama, la última obra de la presidenta de la Academia de Cinematografía Ángeles González Sinde se erige en arquetípica portavoz de los límites e insuficiencias de nuestro cine.(...) Pero la cuestión esencial no es la dignidad completa de la obra, sino la necesidad de que el cine español suba por el aire, se abra a nuevos escenarios, historias, protagonistas y realidades. Obras más ambiciosas, arriesgadas y comprometidas. Más allá de las narraciones intimistas que dominan nuestras pantallas. Sin ello sólo se seguirá viviendo de la subvención, porque queramos o no la gente está harta de le retraten la mediocridad de sus vidas o las de los otros."
Ángeles González Sinde a punto de poner un comentario en esta entrada sin saber todavía que en este webblog no se pueden poner comentarios. Otra vez será, baby.