Lo dijo Cicerón
"Existe, de hecho, jueces, una ley no escrita, sino innata, la cual no hemos aprendido, heredado, leído, sino que de la misma naturaleza la hemos agarrado, exprimido, apurado. Ley para la que no hemos sido educados, sino hechos, y en la que no hemos sido instruidos, sino empapados"
Esa es la frase de Cicerón que ocupa la portada del nuevo disco de Extremoduro, la Ley Innata. Y es que, aparte del apunte cultureta, me flipa este último disco. Nunca he sido demasiado fan de la banda de Robe, pero este disco lleva semanas cogiéndome de las pelotas. Y no me suelta. Y me gusta.
El disco es una sola canción con variaciones. Una introducción, cuatro movimientos y una coda final. Versos más cuidados que never, referencias a Benito Pérez Galdós y hasta oboes mezclados con guitarras afiladas como litronas de esas que se estampan los macarras de futbolines de barrio. Estrofas tan molonas como la que sigue:
"Quisiera ser un perro y oliscarte
vivir como animal
que no se altera
tumbado al sol lamiéndose la breva
sin la necesidad de preguntarse
si vengativos dioses nos condenarán
si por Tutatis
el cielo sobre nuestras cabezas caerá"
Y un estribillo tan dulce que jamás pensé que podía salir de la banda aquella que cantaba "Cago en Dios, Cáceres y Badajoz". Un temazo por otra parte, pero de tiempos ya ignotos y mucho más salvajes.
Y, para no salirme del tono Roberiano, al que no le guste que vaya a cagar a la playa.
Esa es la frase de Cicerón que ocupa la portada del nuevo disco de Extremoduro, la Ley Innata. Y es que, aparte del apunte cultureta, me flipa este último disco. Nunca he sido demasiado fan de la banda de Robe, pero este disco lleva semanas cogiéndome de las pelotas. Y no me suelta. Y me gusta.
El disco es una sola canción con variaciones. Una introducción, cuatro movimientos y una coda final. Versos más cuidados que never, referencias a Benito Pérez Galdós y hasta oboes mezclados con guitarras afiladas como litronas de esas que se estampan los macarras de futbolines de barrio. Estrofas tan molonas como la que sigue:
"Quisiera ser un perro y oliscarte
vivir como animal
que no se altera
tumbado al sol lamiéndose la breva
sin la necesidad de preguntarse
si vengativos dioses nos condenarán
si por Tutatis
el cielo sobre nuestras cabezas caerá"
Y un estribillo tan dulce que jamás pensé que podía salir de la banda aquella que cantaba "Cago en Dios, Cáceres y Badajoz". Un temazo por otra parte, pero de tiempos ya ignotos y mucho más salvajes.
Y, para no salirme del tono Roberiano, al que no le guste que vaya a cagar a la playa.
