Lenny, ese Hombre
Aquí estoy, tan agustico...
Este videoclip ya tiene sus años, y sigue haciéndome sonreír (cuando no despollarme a carta cabal) por su jeta y su chulería de tres al cuarto. Y porque mola. Porque él, Lenny, sabe de sobra de que es el TÍO BUENO MÁS BUENO DEL MUNDO.
En el clip, Lenny hace de él mismo -¿para qué inventarse un personaje teniendo ya al puto amo?-, en una especie de autoparodia (sospecho que involuntaria) de la vida de una rock star.
Al principio, lo vemos como un hombre "normal", disfrutando de unos choco crispis en la cama viendo dibujetes animados. Pero no, enseguida vemos que ÉL es una estrella, llega de una gira -o de tomarse unos pinchos de chistorra- con una fantástica mujer a su apartamento. Allí -por su puesto un loft de 500 metros cuadrados y ventanales inabarcables- se nota el mal rollo, toda esa historia de la incomunicación de la pareja y tal...Lenny no es feliz con esa hembra de la que yo apreciaría hasta sus miasmas.
Agobiado por la situación y con la excusa de darse un garbeo para bajar las chistorras, Lenny sale a la calle y se mete en un bareto a tomarse un...¿almax?. Y allí surge la magia fácilmente, con una joven camarera (por supuesto megabuena, no me jodas hombre) con la que se ve enseguida que tiene feellings en común -como si le costara normalmente ligar- pero al poco la cosa acaba en coitus interruptus: Lenny tiene que irse, la obligación le llama: toca esa noche y el rock es el rock.
Tras el concierto, es rodeado por un harén de femellas, vuelve a casa con su pareja y la cosa estalla. Lenny, súper agobiado porque no es feliz, le da la espalada a su novia y se queda sin mojar (por una noche en su vida).
Y comienzan los planos sacados de su mente, en los que se imagina a sí mismo pegándose el bistec con la joven camarera, lengüetazos incluidos en plano detalle. Al día siguiente y sin haber pegado ojo en toda la noche, Lenny sale de nuevo a la calle y vuelve al bareto, buscando a esa joven camarera, pregunta por ella, incluso se asoma a la cocina en un gesto más propio de Mr. Bean, pero nada, ni rastro. Al final, supereducado, se despide de la señora que regente el bar y se pira; en ese momento -oh, fatídico azar- la camarera vuelve a currar y el encuentro se hace imposible. Y además, parece que ningún compañero de curro de la chica le dice “Eh, tía, que ha venido Lenny Kravitz buscándote to desesperao”. Nadie le dice nada. Hay que ser cabrones…envidiosos.
El video acaba con Lenny sólo en su apartamento, mirando lánguidamente por los ventanales y sabiendo que cuando el director diga “corten” su pilila nunca jamás volverá a pasar hambre.