Vaya tangue de heroína


La foto de Feist con la que se pone palote el estrangulador de Boston.

Si Patti Smith no hubiera probado la heroína, probablemente sería como Feist, una especie de versión limpia y algodonada. La chica mola -Feist, digo- pero el buen rollo que pretende contagiar constantemente (posturitas, sonrisas y palmaditas rumbosas más propias de Barrio Sésamo que de una rock star) me saca un poco de quicio, pero vamos, que las canciones se soportan y ella todavía más:



Pero... ¿qué hubiera sido de Patti Smith sin la heroína? En serio. Más allá de Feist. "Horses", su supuesta "obra maestra" según el Rock De CutreLuxe no hubiera existido. Y es que Patti Smith forma parte de esa caterva de mediocres del rock maldito que sin el jaco que movía al Torete no hubiera pasado de poner gasolina en cualquier gasolinera de Nevada. No es el caso de la Velvet Underground, ni de Lou Reed, ni de Iggy Pop o de incluso los Ramones, gente que aprovechó la cucharilla y el patético sudor frío del "waitting for the man" para cumplir con creces y talento etapas de su vida. Lo que viene después de la drogaína suele ser peor que el resto, pero algunos aún se mantienen con acojonante brillantez, véase este pedazo de obra maestra firmada por el abuelo Lou cuando ya era un viejuno existencialista y, supuestamente, se mantenía limpio desde hacía mucho tiempo (aunque a mí me gustaría verlo por un agujerito).

En el other side, Patti Smith no deja de ser una tía absolutamente sobrevalorada, como es Björk o los Miguelitos de la Roda que lleva años vendiendo la moto de yonki (o ex-yonki, algo aún peor) salida del infierno y autora con mayúsculas. Cuando el 80% de su repertorio se basa en canciones de otros (desde Van Morrison a Nirvana).

Vamos, que tócate los cojones Mariloles.
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